SÚPER E HIPERMERCADOS EN LA CIUDAD
Es importante que se discuta públicamente si es adecuado recibir nuevas inversiones propuestas por parte de las grandes cadenas de comercialización o bien de otras empresas semejantes en la ciudad.
De acuerdo a la mayoría de los expositores durante la audiencia pública en el recinto del Honorable Concejo Deliberante nuevas inversiones de ese tipo serían altamente peligrosas para el estado de la economía de Mar del Plata. Fomentarían la desocupación, harían quebrar a pequeñas y medianas empresas de comercialización y el capital invertido no es determinante para el futuro de la ciudad.
La Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP) defendió a ultranza esa posición, equivocada desde mi punto de vista. Es una visión minimalista del futuro de una ciudad que aguarda la oportunidad de convertirse en una de las más desarrolladas de la Argentina y con un mejor bienestar para sus ciudadanos. Sin inversiones no hay progreso. Sin progreso no hay futuro. Sin futuro no hay sociedad posible.
Mar del Plata posee lamentablemente el índice más alto de desocupación del país.
Es una de las ciudades que menos inversiones productivas privadas ha recibido en el último decenio. Quizás sea el leading case de Mc Cain ( establecida en Balcarce fruto de nuestra incapacidad para obtener nuevas inversiones) aquel que establezca el común denominador de la idiosincracia de la mayoría de la ciudadanía marplatense. De acuerdo a los resultados económicos, productivos, comerciales, industriales, laborales y sociales somos una comunidad con una creciente vocación por el fracaso ya que quienes administraron el ejecutivo de la ciudad y fiscalizaron su actividad desde el legislativo no lograron erradicar los flagelos de la desocupación, la falta de inversiones productivas, apostando al progreso y a un futuro, que de seguir en esta senda de restricciones a la libertad de comercialización sin el debido respeto por las reglas de libre mercado como en cualquier sociedad civilizada lograremos que nuestros hijos busquen otros rumbos que les permita desarrollarse como ciudadanos del Siglo XXI.
Los súper e hipermercados no solo brindan la oportunidad laboral a arquitectos, ingenieros, diseñadores y decoradores de interiores, sino a los obreros de la construcción, proveedores de materiales, proveedores de insumos, repositores, cajeros y un sinnúmero de marplatenses deseosos de obtener una posibilidad laboral. No solo hay competencia en cuanto al precio del producto sino a la calidad del mismo, pero lo que es aún mejor, le ofrece a quién apenas cuenta con un único día para realizar sus compras siete días a la semana abiertos al público.
MAR DEL PLATA NUEVA significa apostar hacia algo distinto. No necesariamente "en contra" de algo. En todo caso complementaria : la pequeña y mediana empresa junto a la gran empresa. Aquellos que busquen mejores precios y facilidades comerciales recurrirán a los supermercados, quienes apuesten por la comodidad o el trato familiar al negocio de su cuadra.
En caso de abuso detectado por algún comerciante minorista o consumidor, siempre se podrá demandar legalmente esos hechos, para eso se crearon las leyes que rigen el comercio y nuestras relaciones civiles.
La reglamentación abusiva genera desánimo en quién planea invertir. Dejemos que las leyes del libre mercado apoyadas por la legislación nacional y provincial que velan por su equidad y respeto sean el verdadero incentivo a inversiones productivas nuevas y mejores tanto en la calidad como en la cantidad de las mismas.
Nuestra ciudad por las razones expuestas no ha logrado los resultados requeridos por generaciones de marplatenses. Debemos generar un cambio profundo en nuestra manera de concebir el progreso, de pensar el futuro. La inversión privada es fundamental y fundacional para una Mar del Plata mejor, donde la meca de nuestros jóvenes no sea Buenos Aires u otras ciudades del país sino aquella que lo vio nacer y desarrollarse como persona.
domingo, 26 de junio de 2011
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