miércoles, 18 de abril de 2012

YO NACIONALIZO. YO PRIVATIZO

Conjugando ambos verbos en primera persona es una cualidad que siempre ha distinguido a los justicialistas. Perón nacionalizó hasta la alpargata uruguaya para quedarse con la comisión de la venta de todas las empresas públicas privatizadas.
Una locura nacionalsocialista que aprovechó para organizar estratégicamente la política y la economía argentina en pos de su sueño fascista.
Las empresas públicas fueron generando un gigantesco déficit con pérdidas millonarias que salían del bolsillo de todo el pueblo argentino.
Luego vino Carlos Menem, y con la misma impronta de su maestro El General decidió de un plumazo privatizar todo lo que había en el mostrador, hasta las joyas de la abuela que era YPF, orgullo de empresa nacional pero que por la incapacidad y la corrupción de cientos de administradores también cayó en la volteada.
Rodolfo Terragno y Tanoira, funcionarios de Ricardo Alfonsín intentaron por todos los medios llegar a un acuerdo con el peronismo para converir tanto a YPF como Aerolíneas Argentinas en empresas mixtas con capital estatal mayoritario. Como hicieron los brasileños, más prácticos e inteligentes que nosotros por cierto, con su empresa insignia, Petrobrás.
Pero liderados por el Senador Eduardo Menem, y con la determinación de su hermano pronto a asumir el cargo de Presidente de la Nación, la bancada peronista siempre se opuso a las ideas de Terragno, recordemos el caso de SAS (Aerolíneas Argentinas) y la Bell (para el caso de Telefónica y Telecom). Con YPF pasó lo mismo. El Plan Houston de Alfonsín, I y II fueron la antesala de la transformación que se deseaba desde el gobierno radical, ya herido de bala políticamente y sin la fuerza parlamentaria suficiente para imponer el concepto de empresa mixta con capital estatal mayoritario.
Hay una máxima tomista acerca del principio de subsidiariedad del Estado: “Que el Estado no realice las actividades que el privado puede lograr competentemente”.
Pero Menem no atendió esas razones filosóficas, este ambicioso riojano quería cobrar las comisiones por las ventas de esas empresas como Perón, la diferencia es que su líder las compró y él las vendió.
No importa la razón, ambos Presidentes se quedaron con las ganancias de esa transacción. Aquí no importa la filosofía ni averiguar que es lo mejor para el país, sino cómo alimentar la exitosa maquinaria del populismo.
Y en esa instancia no hay fuerza política más exitosa que represente lo dramático del populismo que el Justicialismo.
Lo increíble es que una vez que fracasan, se enrostran que fue peronismo de izquierda, de derecha, lopez reguistas, isabelinos, menemistas, duhaldistas, kirchneristas y cristinistas.
Para cerrar este perverso círculo de fracasos, surge el Kirchner y decide comenzar a nacionalizar la vida argentina al igual que sus antecesores, quedarse con el fructífero botín que generan las comisiones por la compra, al momento de su asunción como Presidente, de las empresas públicas privatizadas.
YPF es la joya de la corona. Los únicos Presidentes que comprendieron su importancia estratégica fueron Hipólito Irigoyen con su fundación y Arturo Frondizi con su autoabastecimiento.
¿Como escondemos un caballo en una tienda? Detrás de un elefante.
¿Cómo escondemos el escándalo de Skanska, la Ministra Michelle, Antonini Wilson, el Secretario Jaime? Con otros escándalos como las AFJP, la intervención al Banco Central y uso de reservas, la intervención del INDEC, la vergüenza de Aerolíneas Argentinas y la persecución a la prensa independiente.
Si esos hechos no son suficientes removemos sin culpa el dolor de los héroes de Malvinas.
¿Cómo escondemos el escándalo de Boudou, Vicepresidente de todos los argentinos, y la empresa Ciccone Calcográfica? Con la nacionalización del 51% de YPF.
Luego hay que mancarse más de dos horas de diatriba barata e intrascendente desde la Presidente Cristina, pasando por Axel Kicillof y el Ministro De Vido.
Saben una cosa, ellos no tienen la culpa en definitiva que nos tomen el pelo y se rían con la irresponsabilidad que acostumbran. Nuestro grave problema es la mayoría de nuestro pueblo que considera todos estos dislates y atropellos como normal.
Nos hemos peleado con el Uruguay, Chile, Brasil, Gran Bretaña, China, España y por ende con toda la Comunidad Europea, con los Estados Unidos.
Gracias a Dios entre Guillermo Moreno y el Canciller Timmermann decidieron apostar por avanzar estratégicamente sobre Äfrica en el afán de lograr nuevos y mejores mercados. Es una suerte contar ellos.
La mayoría del pueblo, incluso Pino Solanas y el socialista Giustiniani han apoyado la locura de la Presidente Cristina de enviar al Congreso el proyecto de expropiación de la mayoría accionaria de YPF. Quizás sea la Diputada Elisa Carrió quién con la claridad mental y política que la caracteriza nos ayudó a abrir los ojos: “La supuesta pelea entre Repsol (Antonio Brufau) y el Gobierno (Presidente Cristina Fernández) es una lucha entre cómplices del saqueo de la petrolera”.
Para aquellos que vivimos en la Provincia de Buenos Aires, el bueno del Gobernador Scioli prepara un gran aumento de impuestos aprovechando que todo el país se encuentra inmerso en esta locura de nacionalizar YPF ¿Y la seguridad jurídica?


Ricardo Bengolea
www.compromisopormardelplata.blodspot.com
r.bengolea@gmail.com

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